Infancias Encadenadas


Bajo el peso de silencios impuestos,

crecen, jugando roles disfrazados.

Las llamas arden, pero sin un ruido,

frente al temor, se quedan sumisos.


Sociedad rígida, padres severos,

se aprende a callar lo que oprime por dentro.

El corazón habla, pero la boca calla,

una máscara de apariencia se vuelve su alma.


Sin embargo, en el fondo, todo está guardado,

recuerdos que nunca han revelado.

Y sus hijos, sin contenerse,

expresan lo que ellos no supieron decir antes.


«Yo nunca me habría atrevido a hablar así,

por miedo a que mis padres me castigaran a mí».

Y en esos conflictos ellos se debaten,

los silencios de ayer se vuelven su combate.


Infancias encadenadas, heridas heredadas,

¿cuándo romperemos estas cadenas forzadas?

El amor verdadero no tiene muros, ni temor,

se expresa libremente, con fervor.

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