El cuerpo cálido, aún acostado,
Los sueños me llaman, quiero quedarme.
Pero el día amanece, la luz me apremia,
El deber me espera, no hay pereza.
El despertar es duro, mi cuerpo cansado,
Pero el espíritu murmura: «Hay que avanzar.»
Cada paso dado con valentía,
Un día ganado en esta larga travesía.
El sudor que cae es una semilla,
Para un futuro lleno de sentido.
Enfrento los días sin quejarme,
El trabajo es mi fuerza, no voy a rendirme.
Levantarse no es fácil, pero es vital,
Para construir mis sueños bajo un cielo ideal
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